En un macabro hallazgo, las autoridades identificaron los cuerpos de José Nibardo Marín, un reconocido narcotraficante de 49 años, y su esposa Saudi Karina Cotes, quienes fueron encontrados sin vida el miércoles pasado.
Los restos de la pareja estaban ocultos en dos sacos de café, abandonados al borde de la Troncal del Caribe, cerca del corregimiento de Palomino, La Guajira, Colombia. Este suceso ha puesto de manifiesto las tensiones y rivalidades entre distintas bandas criminales que operan en la región.
Marín, conocido en el ámbito del narcotráfico por los apodos de ‘El abogado’ o ‘Don José’, era un miembro activo del Clan del Golfo con base en Cartagena.
Fuentes judiciales indican que la pareja había llegado a la Sierra Nevada de Santa Marta para concretar un negocio significativo; sin embargo, ese encuentro resultó trágico, culminando en su asesinato.
Las investigaciones preliminares sugieren que integrantes de las Autodefensas Conquistadores de la Sierra Nevada (ACSN) fueron responsables de la interceptación de Marín y Cotes, quienes sufrieron una muerte violenta que incluyó torturas, mutilaciones y disparos.
Marín, con un amplio historial delictivo, era originario de Bogotá y había estado involucrado en el crimen organizado durante más de 20 años.
Su carrera delictiva comenzó con el Bloque Mineros de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC). Tras la desmovilización de este grupo, se unió al Clan del Golfo, donde rápidamente escaló posiciones dentro del narcotráfico en la región caribeña.
Un incidente que marcó un giro en su historia criminal fue el robo de un cargamento de dos toneladas de cocaína hace aproximadamente dos años, lo que lo convirtió en un objetivo de venganza para grupos rivales.
En su intento de controlar los puertos de Cartagena y asegurar rutas de exportación hacia Estados Unidos y México, Marín generó conflictos no solo con el Clan del Golfo, sino también con otras organizaciones delictivas.
En marzo de 2023, fue capturado y enfrentó acusaciones por coordinar envíos de grandes cantidades de cocaína desde las costas de Bolívar y Magdalena.
La Fiscalía General de la Nación lo había vinculado con importantes cárteles mexicanos, como Jalisco Nueva Generación, lo que intensificó su notoriedad en el mundo del crimen organizado.