En la madrugada del jueves pasado, Juliana de Oliveira Salomão, una mujer de 41 años originaria de Nova Venécia, en el noroeste del estado de Espírito Santo, Brasil, fue hallada sin vida en su residencia ubicada en el barrio de Malnoue, en Emerainville, Francia.
Según informes de la prensa local, el principal sospechoso del crimen es su pareja, un hombre de 44 años cuya identidad no ha sido divulgada.
A las 5:35 horas, las autoridades policiales de la comisaría de Torcy confirmaron el fallecimiento de la víctima, quien fue descrita como brasileña y víctima de múltiples puñaladas.
Jean-Baptiste Bladier, el fiscal encargado del caso, comunicó que el hijo de la pareja, un adolescente de 17 años, fue quien alertó a la policía sobre el ataque, mencionando que su padre había agredido a su madre con un cuchillo.
Durante el intento de defender a su madre, el joven sufrió lesiones. Además, se encontraba en el hogar otro hijo de la pareja, un niño de 14 años, quien no resultó herido, según el diario Le Monde. Ambos menores fueron trasladados a un hospital tras el suceso.
La tragedia se produjo a aproximadamente veinte kilómetros al sureste de París. La fiscalía francesa ha indicado que está a la espera de los resultados de la autopsia, que se llevará a cabo en los próximos días por el instituto forense de París.
El fiscal Bladier también reveló que el sospechoso había sido detenido en junio de este año por agredir a Juliana, y en una ocasión anterior había sido arrestado en julio por violencia, aunque en esa ocasión la víctima no estaba incapacitada para trabajar.
Tras el crimen, el sospechoso fue encontrado en el sótano de la casa, donde intentó suicidarse y, aunque fue trasladado a un hospital en estado crítico, posteriormente falleció.
En el año 2022, Juliana había compartido un mensaje en sus redes sociales tras una pérdida familiar en Brasil, donde reflexionaba: “La vida se acaba y la gente se va, pero los recuerdos que dejan nos mantienen unidos para siempre”.
Ante esta tragedia, la Red Notícia contactó al Palacio de Itamaraty en Brasilia, que emitió un comunicado informando que el Ministerio de Relaciones Exteriores, a través del Consulado General de Brasil en París, está siguiendo de cerca el caso.
El consulado está en comunicación con las autoridades locales para brindar apoyo a la familia de la víctima.
En situaciones de deceso de ciudadanos brasileños en el extranjero, las embajadas y consulados pueden ofrecer orientación a los familiares y asistir con los trámites necesarios, aunque el traslado de los restos debe ser decidido por la familia y no es financiado con recursos públicos, conforme a la legislación brasileña.
Este caso resalta la urgencia de abordar la violencia de género y la protección de las víctimas en situaciones vulnerables, un problema que afecta a muchas familias a nivel global.
