El cuerpo de Shay Kang, una niña de 10 años, fue hallado sin vida en su domicilio en Rowley Regis, West Midlands, Inglaterra, el pasado 4 de marzo.
La menor fue apuñalada 11 veces con una navaja suiza mientras dormía. Su madre, Jaskirat Kaur, de 33 años, confesó el crimen a la policía horas después de cometerlo, afirmando: "Mi hija está muerta".
El Tribunal de la Corona de Wolverhampton escuchó que Kaur, diagnosticada con esquizofrenia paranoide, creía que estaban siendo atacadas por "láseres y tecnología" cuando tomó la decisión de matar a su hija.
Durante la llamada al 999, la madre afirmó que había "proyecciones entrando y saliendo" de su casa y que ella fue quien cometió el homicidio para evitar que "la atraparan". Kaur también confesó que había estado pensando en matar a su hija durante los últimos siete meses.
En la entrevista con la policía, Kaur declaró: "No quería que se la llevaran. No va a tener sentido, pero para mí lo tiene. Quería que muriera. No me arrepiento".
Antes de este trágico suceso, se habían reportado inquietudes sobre el bienestar de Shay, quien estuvo ausente de la Escuela Primaria Brickhouse entre diciembre de 2022 y septiembre de 2023.
El 11 de enero de 2023, Kaur se comunicó con la policía solicitando hablar con un oficial en una línea segura, y posteriormente, la escuela también realizó una llamada para solicitar una verificación de bienestar, preocupados por la prolongada ausencia de Shay.
Cuando la policía visitó el domicilio, encontraron a Kaur dispuesta a conversar, aunque evitó hablar más en otra visita sin la presencia de un abogado.
En una segunda visita, Kaur manifestó que no llevaba a su hija a la escuela porque temía que un hombre se la llevara de allí. Pese a esto, los agentes concluyeron que Shay estaba en buen estado de salud y no identificaron un peligro inmediato.
No fue hasta septiembre de 2023, cuando se realizó una tercera visita, que los oficiales encontraron a Shay visiblemente nerviosa, respondiendo con monosílabos y presentando dificultades para comunicarse.
Estas observaciones fueron compartidas con el equipo pastoral de la escuela, quienes quedaron consternados por el evidente deterioro en la conducta de la niña.
Ante la creciente preocupación, los trabajadores sociales realizaron una evaluación en el hogar de Kaur, encontrando que la vivienda estaba sumida en la oscuridad.
Aunque Shay no hablaba, se observó que lucía relativamente saludable pero pálida. La evaluación también detectó que la niña tenía una marcha inestable y movimientos rígidos, mientras que su madre presentaba un alto nivel de paranoia y ansiedad.
Como resultado, se implementó un plan de ayuda para niños en noviembre de 2023, lo que permitió que Shay regresara a la escuela en enero del año siguiente.
Su comunicación mejoró ligeramente, aunque reveló que pasaba la mayor parte del tiempo en clase soñando despierta o jugando con su consola Nintendo DS. No se observó ningún tipo de afecto físico entre madre e hija.
Tras el fallecimiento de Shay, la comunidad escolar quedó devastada. Carla Newby, oficial pastoral de la Escuela Primaria Brickhouse, junto a su esposo Paul Newby, el director de la escuela, rindieron un emotivo homenaje a la menor, describiéndola como una niña "brillante, alegre y muy querida por todos".
En sus palabras, Newby expresó: "Su sonrisa iluminaba hasta los días más oscuros. Esta es la situación más desgarradora y horrible que hemos tenido que enfrentar".
En un gesto de cariño, Newby relató que, junto a su esposo, organizaron el funeral de Shay, colocándole una manta rosada y un osito de peluche en el ataúd para que la acompañaran en su descanso final. Con lágrimas en los ojos, añadió: "Fue un honor haber sido elegidos para organizar su despedida. Que Shay encuentre la paz ahora".
El juez Michael Chambers KC dictó una orden de internamiento hospitalario indefinido para Kaur, argumentando que su trastorno mental severo la convertía en un peligro para la sociedad.
En su declaración, el juez subrayó la gravedad del caso: "Este es un acto terrible y trágico. Cada niño espera amor y protección de su madre, pero en este caso hubo una violación extrema de esa confianza".
Kaur fue declarada culpable de homicidio por responsabilidad disminuida, lo que fue aceptado por la fiscalía debido a su enfermedad mental.
El juez destacó que las condiciones en las que vivían madre e hija, así como el aislamiento social en el que se encontraban, fueron el resultado directo de la esquizofrenia paranoide que sufría Kaur.
El caso ha causado conmoción en la comunidad, donde Shay, una niña que parecía feliz y contenta ante el mundo, vivía una realidad muy diferente en el hogar.