Tres amigos perdieron la vida en un trágico accidente ocurrido en Coedely, Gales del Sur, Reino Unido, mientras regresaban de un funeral.
El conductor del vehículo, Jesse Owen, de 18 años, superaba el límite legal de alcohol en sangre cuando su automóvil Audi A1, en el que viajaba con cinco acompañantes, chocó contra un autobús, según reveló una investigación en curso.
El accidente se produjo cuando el Audi, que circulaba a alta velocidad, perdió el control al tomar una curva y se estrelló de frente contra un autobús de la compañía Stagecoach.
Como resultado del fuerte impacto, el coche se partió en dos, causando la muerte instantánea de Jesse Owen, el campeón de kickboxing Callum Griffiths, de 19 años, y Morgan Smith, de 18.
Uno de los sobrevivientes del accidente, Ellis Williams, relató en el tribunal que antes de la colisión, aunque percibió que Jesse conducía rápidamente, no se preocupó hasta escuchar a otro pasajero alertar sobre la proximidad de la curva.
"Escuché a alguien decir '¡Cuidado, cuidado!' antes de que giráramos", explicó. Tras el impacto, el coche quedó destrozado. Ellis describió el pánico tras la colisión: "El coche estaba dividido en dos. No vi dónde estaban mis amigos; escuchaba gritos, pero no veía a nadie más".
La investigación reveló que Jesse Owen tenía un nivel de 113 mg de alcohol por cada 100 ml de sangre, superando el límite legal de 80 mg.
Se confirmó que el grupo había asistido a un funeral y luego se dirigieron a un bar y a un club social, donde testigos vieron a Jesse consumir varias bebidas alcohólicas antes de tomar el volante.
Testigos en la escena del accidente informaron haber visto el Audi pasar "a gran velocidad" por el pueblo antes de perder el control. Uno de ellos comentó: "Ese coche va a una velocidad increíble". Las imágenes de seguridad mostraron cómo el vehículo invadió el carril contrario, impactando directamente contra el autobús.
Las familias de los fallecidos emitieron conmovedores tributos. Los padres de Jesse describieron a su hijo como un joven "cuidadoso y considerado", a pesar del trágico error de conducir bajo los efectos del alcohol.
La familia de Morgan Smith lo recordó como un "hijo y hermano muy querido", mientras que los seres queridos de Callum Griffiths lamentaron la pérdida de un joven "con una sonrisa que iluminaba cualquier lugar".
La investigación sobre las circunstancias del accidente aún continúa.