En un trágico caso que ha sacudido a la comunidad de Shepherdsville, Tiffanie Lucas, una madre de Kentucky, Estados Unidos, admitió su responsabilidad en el asesinato de sus dos hijos pequeños.
En una audiencia celebrada el 23 de octubre de 2023, Lucas se declaró culpable de los cargos de homicidio, eludiendo así el juicio previsto para diciembre.
Este doloroso episodio ocurrió en noviembre de 2023, cuando los niños Maurice Baker Jr., de seis años, y Jayden Howard, de nueve, fueron encontrados con heridas de bala en la cabeza en su hogar.
Los menores fueron trasladados de inmediato a un hospital en Louisville, donde fallecieron poco después, según informes de la Oficina del Sheriff del Condado de Bullitt.
El desenlace del caso se ha desarrollado rápidamente desde que un vecino alertó a las autoridades tras presenciar la escena.
El testigo identificó a Lucas como la autora de los disparos, lo que llevó a su arresto y posterior acusación. Aunque al principio se especuló sobre un posible trastorno mental o influencia de sustancias, las investigaciones realizadas durante el último año descartaron estas hipótesis.
La tragedia ocurrió en el hogar de la familia en Shepherdsville en noviembre de 2023. Un vecino sospechó que algo andaba mal y, al asomarse, descubrió los cuerpos de los niños, ensangrentados y con heridas de bala.
Las autoridades llegaron rápidamente y trasladaron a los menores al hospital, pero ambos fallecieron poco después de su llegada.
La comunidad local quedó profundamente conmocionada por el brutal crimen, y la explicación de Lucas sobre sus motivos sólo intensificó la indignación.
La madre afirmó que había sido manipulada por redes sociales, específicamente por Facebook, lo que la habría llevado a cometer el asesinato. Estas afirmaciones fueron detalladas durante la audiencia por el detective Richard Beahl, quien explicó que Lucas mencionó haber sido influenciada a través de estas plataformas.
En la audiencia ante el juez Rodney Burress, Lucas aseguró que no estaba bajo los efectos del alcohol o las drogas en el momento del crimen y que comprendía las consecuencias de su declaración de culpabilidad, renunciando al juicio con jurado.
Ahora, será el juez quien determine la sentencia de Lucas, que podría oscilar entre 20 años y cadena perpetua por cada uno de los cargos.
La sentencia está programada para el 22 de noviembre de 2023, y se espera que el juez considere las recomendaciones de la fiscalía para imponer una condena severa.
El fiscal del Commonwealth, Bailey Taylor, señaló que la pena podría servir como ejemplo, mientras que los familiares de las víctimas piden justicia. Bobbie Baker, tía de Maurice, hizo un emotivo llamado al juez para que se imponga la máxima pena, reflejando el dolor y la angustia que ha causado la pérdida de los niños.
La familia había expresado anteriormente preocupaciones sobre el bienestar de los menores ante los servicios sociales, lo que añade más tensión al caso.
En su defensa, Lucas inicialmente intentó argumentar que padecía problemas mentales que podrían haber afectado su capacidad para tomar decisiones.
Sin embargo, durante la audiencia, reconoció que no sufría de ninguna condición que pudiera justificar sus actos.
Las autoridades tampoco aceptaron la versión de que el crimen fue un "accidente", y el detective Beahl subrayó que las explicaciones sobre la supuesta manipulación digital no fueron suficientes para respaldar una defensa de demencia.
Este caso ha reavivado el debate sobre el papel que juegan las redes sociales en la conducta humana y su posible influencia en casos extremos de violencia.
Aunque en el plano legal, los argumentos presentados por Lucas no tuvieron éxito, el impacto de este caso en la opinión pública ha sido significativo, poniendo nuevamente en foco la relación entre el uso de las plataformas digitales y la salud mental.