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La noche del 6 de diciembre, una mujer identificada como Anabel Patricio, indígena ayuuk de 29 años, volvió a su casa de la taquería en la que trabajaba, y al llegar a su domicilio discutió con su pareja, Mario “N”, quien le disparó frente a sus tres hijos e intentó deshacerse de su cuerpo.
Los vecinos escucharon la discusión y el disparo, llamaron a la policía y una patrulla llegó a tiempo para detener en flagrancia a Mario, de 36 años. Sin embargo, dos hombres que se encontraban con él al momento de los hechos huyeron, sin que hasta ahora se les haya identificado.
Ante la sospecha de que los dos hombres prófugos sean cómplices de Mario, la madre y la hermana de Anabel, quienes quedaron a cargo de sus hijos de 1, 8 y 12 años temen por su seguridad y exigen la pena máxima por el delito de feminicidio contra los responsables.
Anabel y Mario se conocieron en San Pedro y San Pablo Ayutla, comunidad mixe del estado de Oaxaca, México y posteriormente se mudaron juntos a la alcaldía Gustavo A. Madero, en la Ciudad de México. De acuerdo con el abogado de la víctima, desde el inicio de su relación, ella vivió diversos episodios de violencia.
“Vivían juntos desde que ella quedó embarazada y se trasladaron a la Ciudad de México, donde Mario empezó a consumir alcohol y drogas, con lo que gradualmente se incrementó el nivel de violencia que empezó a ejercer sobre Anabel”, detalló Joaquín Galván, quien acompaña jurídicamente a la familia de la víctima.
Según los conocidos de Anabel, durante el tiempo que estuvieron juntos, Mario llegó a violentarla frente a su familia, en el trabajo, e incluso en la calle, pero ella no se decidió a abandonar la relación ante las amenazas de su pareja de que tomaría venganza haciéndole daño a sus hijos, su madre o su hermana.
“Los niños cuentan que presenciaron diversas situaciones de violencia, por lo que vemos una afectación hacia ellos, quienes también fueron afectados física y psicológicamente de manera constante, sin embargo, Anabel no podía dejar a ese señor por temor a que las consecuencias fueran mayores”, refirió Galván.
El último arranque de violencia que presenciaron los menores de edad fue el feminicidio de Anabel Patricio, su madre, a quien Mario le disparó en el estómago y posteriormente intentó sacar el cuerpo de su domicilio, con ayuda de los dos desconocidos que arribaron al lugar.
Actualmente, los niños se encuentran bajo el cuidado de su abuela, madre de Anabel, quien busca medidas de protección para ella y los tres niños, ya que ha recibido amenazas de hacerles daño en caso de que continúen con el proceso contra Mario.
“A partir de la detención de Mario, la mamá y la hermana de Anabel han recibido advertencias de que, de continuar presionando en el caso, podría haber consecuencias contra sus familias, y justo ahora esa es la preocupación, por lo que solicitan medidas de protección para continuar con la exigencia de justicia por el feminicidio”, agregó el abogado.
Galván subrayó que, en cuanto a la salud mental, que es otra preocupación de la familia, esta será otorgada por la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas de la Ciudad de México, dependencia que ya se encuentra en comunicación con el defensor.
“Por ahora, ellos se encuentran en Oaxaca, donde se realizó el funeral y el entierro de Anabel. La familia ya ha explicado a los niños que su mamá ya está en un lugar donde nadie va a poder hacerle más daño”, comentó.
Mientras, Mario se encuentra en prisión preventiva, en tanto que transcurren los seis meses que se determinaron para la investigación complementaria con la cual se le podrá vincular a proceso por el delito de feminicidio.
