“Mi nariz se volvió negra tras una cirugía plástica”: El terrible relato de una actriz china que anhelaba ser más bella
Pekín, China – El testimonio de Gao Liu, actriz y cantante de origen chino, ha puesto en el centro del debate público los riesgos de las cirugías estéticas realizadas en clínicas no autorizadas. En octubre de 2020, un procedimiento de rinoplastia en una clínica de Guangzhou derivó en una grave necrosis nasal que marcó su rostro y su vida de forma irreversible.
La intervención, recomendada por una amiga cercana, tenía como objetivo afinar sus facciones para mejorar su presencia en cámara. Sin embargo, a los pocos días del procedimiento, la actriz comenzó a experimentar dolor, infecciones y un oscurecimiento progresivo de la piel en la punta de la nariz. El diagnóstico fue devastador: necrosis tisular, una condición donde el tejido muere por falta de oxígeno.
Las investigaciones oficiales identificaron al cirujano He Ming como responsable directo. Según la Comisión Municipal de Salud de Guangzhou, el médico carecía de la certificación necesaria para realizar cirugías plásticas por cuenta propia. La clínica She’s Times, donde se realizó la operación, fue sancionada con una multa de 49,000 yuanes, mientras que el cirujano fue suspendido por seis meses.
No obstante, una investigación posterior reveló que el Dr. He retomó su actividad antes de lo permitido, y que una nueva clínica —Qingya, ubicada en la misma dirección que la anterior— ya cuenta con 30 sucursales activas en China. En abril de 2024, obtuvo su licencia oficial, pese a restricciones vigentes hasta 2026.
Gao Liu, tras meses de aislamiento, hospitalizaciones y dos cirugías reconstructivas, compartió públicamente su experiencia en redes sociales. Su caso generó un fuerte debate en torno al auge de la cirugía estética en China, país donde se realizan anualmente más de 20 millones de procedimientos cosméticos, y donde el 80 % de los pacientes son mujeres menores de 30 años, según datos de la BBC.
Aplicaciones como SoYoung y GengMei han impulsado esta tendencia, alimentando estándares de belleza inalcanzables mediante filtros y algoritmos que sugieren "mejoras faciales". Pero el crecimiento acelerado del sector también ha facilitado la proliferación de clínicas sin licencia y personal no calificado: en 2019 se estimaban más de 80,000 centros ilegales operando en el país.
Hoy, a pesar de una recuperación parcial, la actriz continúa usando mascarilla en público y sigue tratamientos con láser. Su historia, sin embargo, se ha transformado en una advertencia para miles de jóvenes influenciadas por las redes sociales y los estándares irreales de belleza.
“Nunca imaginé que buscar verme mejor me dejaría una cicatriz tan profunda”, dijo en una entrevista. “Pero si mi experiencia puede evitar que otra persona pase por esto, entonces habrá valido la pena contarla”.
El caso de Gao Liu no solo evidencia una negligencia médica, sino también los vacíos regulatorios de una industria en expansión, que necesita controles más rigurosos y conciencia pública sobre los verdaderos riesgos del bisturí.